La siembra del disparate
Qué fútil esfuerzo el de la siembra
si los cuervos arrebatan la semilla al caer.
Pero vuela que vuela el ave,
y nada que nada el pez...
y cada cual persiste
en ser lo que quiere ser.
Que nade, que nade el ave,
que vuele, que vuele el pez...
Entre tantos desquiciados,
la siembra no puede ser
*
Color de la tierra madre
vistiendo de cal pared
las flores por los balcones,
y vinos en los cafés.
Hay hombres de honor sin nombre,
mujeres de casta sin fe
y aguas dulces que desfilan
del secano hasta el vergel.
Que nade y que vuele un ave
sucede cada dos por tres.
La siembra del disparate
bajo capitas de miel...
Mt.
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