Disgregada...
Desgranaron de mí
las semillas de la duda.
Todo aclarado,
mis huesos se lanzaron
al montículo de restos
de otra generación crucificada.
Y no queda en la brisa mi perfume,
ni en el suelo mi pisada...
Como si nunca existiera,
como si nada cambiara...
Mas me pesa tanto el cuerpo...
Y me duele tanto el alma!
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