miércoles, agosto 20, 2008

Pensamientos e irreverencias

Porque la verdad no apunta a su existencia, sino a su irreverente asomo circunstancial en la ilusión pretendida. Cuesta reconocernos como lo que somos. Queremos otra sucesión de circunstancias, y las inventamos como podemos, tan enormes como la mente nos permite soñarlas. Nos apoderamos del espejismo para hacernos como él, y cuando la pasajera imagen se desvanece en la nada, el reencuentro con la piedra pómez gris, no deja de hacerse más evidente y deslucido.

El poder de la imaginación tiene su punto de milagro,
y la creencia que le damos
es parte del vértigo natural de reanimar la materia.

***

Desde la tristeza,
no se intuye la felicidad.
Se inventa.
Irreverente y
circunstancial,
aderezando la mezcla
de ilusión pretendida.

Construimos como podemos
castillos tan enormes
como la mente
que los ingenia.

Y mientras...

En la piedra-pómez
corazón,
orificios vacíos
almacenan sin orden,
la dulce serenata
que induce a la vida

*

Con la firmeza
de los huesos,
se reconstruye la vida.
Con las mil cosas
añadiendo
confusiones cada día,
el presente.

Y con el amor,
y con su ausencia,
con su ingenuidad,
y su reticencia
un mito se hunde,
en una mar
de inconsciencia

*

Baldíos los campos
alojan desiertas
arenas que fueron,
las dunas migrantes
de vidas ya yertas.

¿Quién canta a la vida?

¿Quién alza sus brazos
en gesto de espera
y mide con golpes
de puños cerrados
las puertas
que encuentra?

¿Quién alza más muros?
¿Quién crece miserias?

Quisiera afirmarte
que no es mía la rabia;
que es otra la mano
que hiere sangrante
y contrita en su pena.

No quiero ser dura...
Ni quiero ser fiera
que aúlle doliente
las noches que acechan
mil lobos hambrientos
de sombras
siniestras.

*

Defiendo un derecho,
una siembra de duda,
una paz de agua dulce
que yo misma beba.

Pero hay tantos sedientos...
Que no a todos llega.

Y duele el saberse
en ese punto miserable,
tal vez, enajenada...
Y del amor,
por siempre
ajena.

-Maite-

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