Le pesa sobre el vientre instinto mudo,
relieve de caudal, luna invitante...
Un siglo de placer, instinto y carne,
agonizando reclama un claro-oscuro.
Pan de ajadas rosas alimentan sus vigilias,
solitaria desnudez, sensual fingido.
Avalancha trashumante, agrio su nido
incontenible en oquedad, plena en lascivia.
Traspasa el cuerpo en temblorosa travesía
una dulce pretensión de los sentidos.
Y habita el aire con su copla incestuosa
mientras tensa en cada miembro un arco nulo.
Mt.
lunes, octubre 15, 2007
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