miércoles, octubre 24, 2007

Otoño

Cerraré mis ojos bajo los árboles:
plenitud otoñal, música etérea...
El vaivén de altivas ramas musitando
mil historias de pasadas primaveras.

Y una hojita desprendida de su rama,
cosa de azar, suerte o quimera,
acaricia mi rostro un corto instante
cual un beso de amistad que me ofreciera.

Y yo sonrío, complicidad con estos años
que a mis ojos hacen ver, aún a ciegas.

No hay tristeza ni oquedad de las entrañas,
ni del árbol, ni de mí... Todo aún espera!

Maite

miércoles, octubre 17, 2007

Segué virtudes
y no coseché victorias.

Y quise alzarme...

Y la derrota doblegó mi cuerpo,
el peso de antiguas decepciones
hundido bajo mi piel.

Sabor de hiel
adherido a las entrañas...
(Cala el sabor,
enraíza, se ancla).

*

Vaivén de olas en mi pecho.
Azotan insurgencias,
edifican descontentos .

La furia y el odio retroceden a traspiés.

*

Luz difuminada...

Haz expectante
sobre el negro agudo
de malditas profecías,
y esta nota de naufrago
extendida para ti:

Quien fuera luz, un rayito, un alba...
Y prender a tu frente la furtiva esperanza!

Mt.

lunes, octubre 15, 2007

Camino de sus aguas dulces,
un amargo sentimiento
se ha colado entre los pliegues
de mi falda... Rozan suelo.

Y sin saber, las arenas
que cubren la orilla en descenso
se han teñido de tristeza
en gris, penita de pueblo.

Mudos quedarán arroyos,
mudos los campos y huertos
cuando se tañan quejidos
en el replique del viento...

Mordaza sobre unos labios
que no dirán más: te quiero.


Mt.

Le pesa sobre el vientre instinto mudo,
relieve de caudal, luna invitante...
Un siglo de placer, instinto y carne,
agonizando reclama un claro-oscuro.

Pan de ajadas rosas alimentan sus vigilias,
solitaria desnudez, sensual fingido.
Avalancha trashumante, agrio su nido
incontenible en oquedad, plena en lascivia.

Traspasa el cuerpo en temblorosa travesía
una dulce pretensión de los sentidos.
Y habita el aire con su copla incestuosa
mientras tensa en cada miembro un arco nulo.

Mt.